lunes, 20 de junio de 2011

Verano.

Voy a coger el diario -que llevo bastante tiempo sin abrir- y un boli. En verano nunca se me olvida el paraguas (nunca hace falta cogerlo), así que vamos a volver a la antigua usanza, más traditional, más íntimo. Merece la pena llevarse esa  libreta de anillas y rayas, porque este verano no pararé mucho en casa, a pesar de todo lo que tengo que trabajar.
Es que últimamente el sol me ha vuelto demasiado soñadora y lo que escribo no suena muy coherente, los puntos se me quedan suspensivos, en vez de estar sobre las íes. Pero algo caerá, que sigue habiendo montañas con nombres de pájaros, curiosidad, caricias, abalorios de colores, olas, espigas y tormentas de verano.
Así que eso: sayonara chamaco!



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