domingo, 8 de mayo de 2011

Las gotas que caían de tu paraguas.


Salí el otro día tarde para pasear bajo la lluvia, esta vez con paraguas -menos mal, porque llovía a cántaros- y compartiendo mango y varillas con un inigualable caballero. Estudiante, actor en sus ratos libres, raulista o escritor (aunque podríamos añadir más adjetivos que no vienen a cuento, como encontrador-de-cartas-desesperadas-de-(des)amor). Acompañaba al caballero en cuestión hasta su casa, cuando soltó aquello de "las gotas que caen de tu paraguas..."  y yo caí rendida ante la belleza de la frase y le prometí escribir una entrada inspirada en ella. Problema: la inspiración no ha llegado, el tiempo apremia y la memoria nunca ha sido mi fuerte. Así que, para no incumplir mi palabra, me veo obligada a esta burda imitación... Lo arreglaré, I promise.

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