jueves, 14 de abril de 2011

"Si después de cada tormenta vienen tales calmas, ojalá los vientos soplen hasta despertar a la muerte."

"-Arte, ciencia... Creo que han pagado ustedes un precio muy elevado por su felicidad -dijo el Salvaje, cuando quedaron solos-. ¿Algo más, acaso?
-Pues... la religión, desde luego -contestó el Interventor-. Antes de la Guerra de los Nueve Años había una cosa llamada...Dios. Perdón, se me olvidaba: usted está perfectamente informado acerca de Dios, supongo.
-Bueno...
El Salvaje vaciló. Le hubiese gustado decir algo de la soledad, de la noche, de la altiplanicie extendiéndose, pálida, bajo la luna, del precipicio, de la zambullida en la oscuridad, de la muerte. Le hubiese gustado hablar de todo ello; pero no existían palabras adecuadas. Ni siquiera en Shakespeare."

(...)

-¿Está seguro de ello?-preguntó el Salvaje-. ¿Está completamente seguro de que Edmund, en su butaca neumática, no ha sido castigado tan duramente como el herido que se desangra hasta morir?

(...)

-Pero las lágrimas son necesarias. ¿No recuerda usted lo que dice Otelo? <<Si después de cada tormenta vienen tales calmas, ojalá los vientos soplen hasta despertar a la muerte.>>

(...)

-Es que a mí me gustan los inconvenientes.
-A nosotros, no -dijo el Interventor-. Preferimos hacer las cosas con comodidad.
-Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero a Dios, quiero poesía, quiero peligro real, quiero libertad, quiero bondad, quiero pecado."

Del capítulo XVII de Un mundo feliz, de A. Huxley

2 comentarios:

  1. Lentamente, muy lentamente, como dos despaciosas agujas de brújula, los pies giraban hacia la derecha, Norte, Nordeste, Este, Sudeste, Sur, Sudsudoeste; se pararon. Y luego, tras algunos segundos, giraron con la misma calma hacia la izquierda. Sudsudoeste, Sur, Sudeste, Este...

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  2. Gracias Craso... Otro párrafo que no tiene desperdicio de Un mundo feliz.
    Aprovecho y añado algo "de mi cosecha": libro altamente recomendable si quieres entender algo sobre esta sociedad hedonista y conformista. Léelo. La historia de una sociedad donde nadie sufre, donde todo el mundo está satisfecho de deseos e instintos, donde todo lo que puede causar inestabilidad está proscrito, y todo el mundo está condicionado para su absoluta felicidad. Pero... ¿es un mundo feliz?

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